domingo, 2 de diciembre de 2007

PISA 2006: La Comparación del Nivel de Conocimientos Escolares de los Países

PISA 2006: La Comparación del Nivel de Conocimientos Escolares de los Países

Esta semana se publicará el informe de la OCDE en el que se compara a los estudiantes de secundaria de 57 países, entre ellos España, en una prueba de conocimientos escolares. El rango de puntuaciones en esa prueba va desde 322 a 563, por lo que entre el que mejor calificación obtiene (Finlandia) y el peor parado (Kyrgyzstan) hay una distancia de 241 puntos.

España obtiene una puntuación de 488, por lo que se queda muy cerca de la puntuación de 489 que separa al 50% de los países con mejores puntuaciones del 50% con las peores (percentil 50).

En el año 2003, España se situaba en el percentil 20, por lo que, en principio, se ha mejorado.

Sin embargo, se trata de una mejora relativa. En 2003, el rango de puntuaciones iba desde 396 a 545, el número de países comparados (29) fue casi la mitad que en 2006 y España obtuvo una puntuación de 484.

¿Por qué España ocupa, en 2006, esa posición en el ranking?

1.- ¿Es la inversión económica en educación?

España se sitúa en el percentil 40 en inversión educativa, por lo que los conocimientos escolares de nuestros chavales valorados por PISA se sitúan por encima de lo que les correspondería.

2.- ¿Es la tasa de retención de escolares en el periodo de secundaria?

También aquí España se sitúa en el percentil 40, por lo que nuestros escolares vuelven a hacerlo mejor de lo esperado.

3.- ¿Es la riqueza del país?

En este caso, España se sitúa en el percentil 55, por lo que, según este criterio, nos situamos solo ligeramente por debajo de lo esperado.

4.- ¿Es nuestra capacidad intelectual?

España se sitúa en el percentil 55, por lo que, una vez más, los conocimientos escolares de nuestros chavales se colocan solo ligeramente por debajo de lo que les correspondería.

En definitiva, por riqueza y capacidad intelectual, se puede esperar un mejor rendimiento. Por inversión económica en educación y tasas de retención de escolares en secundaria, nuestros estudiantes superan las expectativas.

Ahora vamos a compararnos con Australia. Este país se sitúa en el percentil 85 en la prueba de PISA 2006, es decir, está bastante por encima de nosotros. ¿En qué se diferencian Australia y España en los criterios señalados?

1.- Su inversión económica en educación corresponde al percentil 60.
2.- Su tasa de retención de escolares en el periodo de secundaria se sitúa en el percentil 55.
3.- Su riqueza se ubica en el percentil 80.
4.- Finalmente, su capacidad intelectual corresponde exactamente al mismo percentil que nosotros, es decir, 55.

Por tanto, la diferencia más llamativa entre España y Australia está en su riqueza. Curiosamente, la riqueza de Australia y su rendimiento en PISA 2006 son coherentes.

¿Y si nos comparamos con los Estados Unidos?

1.- Su inversión económica en educación corresponde al percentil 50.
2.- Su tasa de retención de escolares en el periodo de secundaria se sitúa en el percentil 25.
3.- Su riqueza se ubica en el percentil 95.
4.- Finalmente, su capacidad intelectual corresponde exactamente al mismo percentil que nosotros, es decir, 55.

Por tanto, Estados Unidos es un país más rico que Australia, la inversión económica en educación es similar, su capacidad intelectual es la misma, pero se distancia bastante en la tasa de retención de escolares en secundaria. ¿Y cuál es el rendimiento en PISA 2006 de los escolares norteamericanos? Se sitúan justo en el percentil 50.

Resulta fácil deducir que estas comparaciones sirven para demostrar que estudiar lo que sucede país a país impide ver el panorama correspondiente a la pregunta más relevante en términos generales:

¿Por qué algunos países lo hacen mejor que otros en PISA 2006?

Cuando se considera conjuntamente la información disponible sobre los países comparados, es decir, su inversión económica en educación, la tasa de retención de escolares en secundaria, su riqueza y su capacidad intelectual, para predecir su rendimiento en PISA 2006, se llega a las siguientes conclusiones:

(a) Una mayor riqueza predice tanto una más alta capacidad intelectual como una mejor tasa de retención de escolares en secundaria.
(b) La tasa de retención de escolares en secundaria predice las diferencias en PISA 2006.
(c) La capacidad intelectual de los países posee el doble de poder predictivo que la tasa de retención de escolares las diferencias en PISA 2006.
(d) Las diferencias de riqueza no predicen de modo directo las diferencias en PISA 2006.

Finalmente, asumamos que lo que está detrás de PISA 2006 es la siguiente tesis: los países con mejores recursos humanos, es decir, los países que acumulan más personas con altos conocimientos y habilidades, presuntamente valoradas por la prueba PISA, son, precisamente, quienes pueden encontrar modos de incrementar su nivel de riqueza. Si es así, podemos preguntarnos cuáles de los criterios señalados anteriormente (inversión económica en educación, tasa de retención de escolares en secundaria, rendimiento en PISA y capacidad intelectual) predicen las actuales diferencias de riqueza que separan a los países.

Los cálculos nos dicen que, cuando esos criterios compiten entre sí, el único que predice las diferencias de riqueza es la capacidad intelectual de los países. En alguna medida, este resultado implica que esa capacidad intelectual captura lo que habitualmente se conoce como “capital humano” de modo más fiel que PISA. Esa capacidad intelectual no solamente recoge los conocimientos escolares, si no también la capacidad de adquirirlos con mayor eficiencia.

Por consiguiente, los países que deseen promover su capital humano quizá deberían buscar, y encontrar, modos de estimular la capacidad intelectual de sus ciudadanos.

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