Cada vez llevo peor eso de los jóvenes conflictivos. Como con los adultos, hay de
todo en la viña del señor, y no veo ninguna razón para regodearse en el lado
negativo de la realidad, aunque venda más (que vende).
Luís Iván
Cuende,
con 16 años, se ha llevado el premio al mejor hacker adolescente de Europa. La competencia resultó terrible, pero
ganó él. Este chaval ovetense ya posee dos empresas y un socio capitalista. Se
considera un emprendedor de la informática, se aburre en clase y odia la
pasividad en el mundo de la enseñanza: "la gente no tiene asumido que si no encuentras
trabajo, debes crearlo".
Tres jóvenes de Logroño lograron el premio de
la Feria de las Ciencias de 2012 convocado
por Google, compitiendo con miles de
chavales de más de 100 países. Iván
Hervías, Sergio Pascual y Marcos
Ochoa se preguntaron por la vida en el agua cuando estaban en primero de la
ESO, recopilando pacientemente información durante cuatro años. Observaron que una
gota de agua puede contener seres muy variados y diferentes, y que algunos
microorganismos acuáticos solo viven en un determinado tipo de agua. Analizaron
muestras de agua de 70 localidades del norte de España, y sacaron más de 50.000 fotografías y centenares de vídeos de microorganismos
de distintas características. Su tutor, el profesor Antonio Guillén, se ha mostrado henchido de orgullo, como es
natural.
Glòria Macià, de 17
años, es la creadora de un software capaz de
calcular la evolución de una característica genética en una determinada población.
Asegura que su programa podría usarse, por ejemplo, por empresas de biocombustible basado en algas
para determinar cuáles son más productivas y cómo evolucionarán
con el paso del tiempo. Adrià
Arbués, de 18
años, diseñó una pizarra electrónica programada en flash para entrenadores de baloncesto,
que podía usarse en tabletas. Glòria y Adrià han sido los primeros
representantes de España en la Intel
International Science and Engineering Fair, una competición internacional
que reúne a más de 1.500
proyectos científicos en 17 áreas, desde las matemáticas hasta
la ingeniería pasando por la biología del comportamiento.
Hace unos días se reunían en el Palacio de la Magdalena los 100 estudiantes
más brillantes de España. El 80% desea dedicarse a la ciencia. Puede ser interesante
subrayar que sus orígenes sociales son diversos. No comparten, para nada, eso
de la 'cultura del botellón'. Desearían que la
educación no estuviera a expensas de los cambios políticos, que resultase estable,
y también más exigente. Discrepan de la relevancia de los denominados
bachilleratos de excelencia, prefiriendo estar junto con sus compañeros menos
'brillantes' para ayudarse mutuamente ("así tiramos todos de todos"). Aceptan
una atención personalizada, pero nada más. Están preparados pasa abandonar el
país porque no confían en que aquí puedan desarrollar su talento.
En los pasados 15 años España ha producido
muchos jóvenes emprendedores, con un eco más allá de nuestras fronteras. Facturan
muchos millones, aunque (ninguna sorpresa) una parte sustancial fuera de
nuestro país. La empresa española Social
Point produce juegos para Facebook
en varios idiomas. Sus fundadores, Horacio
Martos y Andrés Bou, tenían 23
años cuando pusieron en marcha su empresa. Facturarán 11 millones de euros en
2012. 14 trabajadores formaban su compañía a mediados de 2011, pero en la
actualidad son 100. Y reclutan a más de 3 personas por semana. Social Point es
la quinta empresa en importancia en el mundo de los juegos para la red social
de Zuckerberg.
Pau García-Milá fundó EyeOS
(captada por IBM) cuando contaba 17 años. Inventó el escritorio web en la nube, concepto que vino a su mente
cuando estaba en la Universidad. Eduardo
Manchón y Joaquín Cuenca
fundaron Panoramio con 28 años. Esta
web de fotografías geolocalizadas fue
comprada por Google. Tomás Diago
fundó Softonic cuando tenía 22 años. Ahora es el portal de descargas
de software más importante del mundo,
con 130 millones de usuarios. Luís Pérez
del Val fundó con 26 años Bodaclick, una de las principales webs del mundo en organización de bodas.
El físico valenciano Pablo
Jarillo-Herro es
líder en la investigación del grafeno. Eso sí, desde su laboratorio del MIT. Barack
Obama le entregó hace poco el Premio
Presidencial a Jóvenes Investigadores Científicos (PECASE). Un premio de un millón de dólares. El grafeno podría
servir para crear sistemas de captación de energía más eficientes, convirtiéndose en el mejor semiconductor del mundo (fundamental
para un avance significativo en el campo de los microprocesadores informáticos).
El resultado podría transformarse en la creación
de unos ordenadores 100 veces más veloces que en la actualidad. Los
estadounidenses apoyan con pocas reservas a los jóvenes que trabajan para ellos.
Dice Pablo que "es muy difícil encontrar las mismas condiciones de
investigación en España que en un centro puntero como el MIT".
¿Cuál es la característica
distintiva de estos jóvenes emprendedores? Emprenden porque va más con su forma
de ser que trabajar para alguien. Fueron, en general, estudiantes aplicados,
pero también son individuos ambiciosos. Incluso han recibido premios
internacionales por sus ideas.
Ninguno de
nuestros representantes políticos deberían permitir que este talento se vaya. Es inmoral. Es patético tener que escuchar las insufribles discusiones
que mantienen los líderes sobre los más improductivos temas, mientras miran
hacia otro lado cuando se les hace notar que el talento de nuestros jóvenes se
está desperdiciando. Mejor dicho, que nosotros lo estamos ignorando mientras
otros sacan provecho. Pero quizá lo más triste es que el país hace las cosas
bien (o al menos no mal) para habilitar las condiciones que les permiten
destacar. Levantan su cabeza para que sean otros quienes los vean, porque
nosotros estamos distraídos en peregrinas y ancestrales discusiones sobre, por
ejemplo, nuestra identidad. Aquí alimentamos nuestro odio mientras allí dan de
comer a nuestros mejores cachorros. Mal negocio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario