jueves, 27 de septiembre de 2012

Nuestros chicos progresan adecuadamente


Cada vez llevo peor eso de los jóvenes conflictivos. Como con los adultos, hay de todo en la viña del señor, y no veo ninguna razón para regodearse en el lado negativo de la realidad, aunque venda más (que vende).

Luís Iván Cuende, con 16 años, se ha llevado el premio al mejor hacker adolescente de Europa. La competencia resultó terrible, pero ganó él. Este chaval ovetense ya posee dos empresas y un socio capitalista. Se considera un emprendedor de la informática, se aburre en clase y odia la pasividad en el mundo de la enseñanza: "la gente no tiene asumido que si no encuentras trabajo, debes crearlo".

Tres jóvenes de Logroño lograron el premio de la Feria de las Ciencias de 2012 convocado por Google, compitiendo con miles de chavales de más de 100 países. Iván Hervías, Sergio Pascual y Marcos Ochoa se preguntaron por la vida en el agua cuando estaban en primero de la ESO, recopilando pacientemente información durante cuatro años. Observaron que una gota de agua puede contener seres muy variados y diferentes, y que algunos microorganismos acuáticos solo viven en un determinado tipo de agua. Analizaron muestras de agua de 70 localidades del norte de España, y sacaron más de 50.000 fotografías y centenares de vídeos de microorganismos de distintas características. Su tutor, el profesor Antonio Guillén, se ha mostrado henchido de orgullo, como es natural.

Glòria Macià, de 17 años, es la creadora de un software capaz de calcular la evolución de una característica genética en una determinada población. Asegura que su programa podría usarse, por ejemplo, por empresas de biocombustible basado en algas para determinar cuáles son más productivas y cómo evolucionarán con el paso del tiempo. Adrià Arbués, de 18 años, diseñó una pizarra electrónica programada en flash para entrenadores de baloncesto, que podía usarse en tabletas. Glòria y Adrià han sido los primeros representantes de España en la Intel International Science and Engineering Fair, una competición internacional que reúne a más de 1.500 proyectos científicos en 17 áreas, desde las matemáticas hasta la ingeniería pasando por la biología del comportamiento.


Hace unos días se reunían en el Palacio de la Magdalena los 100 estudiantes más brillantes de España. El 80% desea dedicarse a la ciencia. Puede ser interesante subrayar que sus orígenes sociales son diversos. No comparten, para nada, eso de la 'cultura del botellón'. Desearían que la educación no estuviera a expensas de los cambios políticos, que resultase estable, y también más exigente. Discrepan de la relevancia de los denominados bachilleratos de excelencia, prefiriendo estar junto con sus compañeros menos 'brillantes' para ayudarse mutuamente ("así tiramos todos de todos"). Aceptan una atención personalizada, pero nada más. Están preparados pasa abandonar el país porque no confían en que aquí puedan desarrollar su talento.

En los pasados 15 años España ha producido muchos jóvenes emprendedores, con un eco más allá de nuestras fronteras. Facturan muchos millones, aunque (ninguna sorpresa) una parte sustancial fuera de nuestro país. La empresa española Social Point produce juegos para Facebook en varios idiomas. Sus fundadores, Horacio Martos y Andrés Bou, tenían 23 años cuando pusieron en marcha su empresa. Facturarán 11 millones de euros en 2012. 14 trabajadores formaban su compañía a mediados de 2011, pero en la actualidad son 100. Y reclutan a más de 3 personas por semana. Social Point es la quinta empresa en importancia en el mundo de los juegos para la red social de Zuckerberg.

Pau García-Milá fundó EyeOS (captada por IBM) cuando contaba 17 años. Inventó el escritorio web en la nube, concepto que vino a su mente cuando estaba en la Universidad. Eduardo Manchón y Joaquín Cuenca fundaron Panoramio con 28 años. Esta web de fotografías geolocalizadas fue comprada por Google. Tomás Diago fundó Softonic cuando tenía 22 años. Ahora es el portal de descargas de software más importante del mundo, con 130 millones de usuarios. Luís Pérez del Val fundó con 26 años Bodaclick, una de las principales webs del mundo en organización de bodas.

El físico valenciano Pablo Jarillo-Herro es líder en la investigación del grafeno. Eso sí, desde su laboratorio del MIT. Barack Obama le entregó hace poco el Premio Presidencial a Jóvenes Investigadores Científicos (PECASE). Un premio de un millón de dólares. El grafeno podría servir para crear sistemas de captación de energía más eficientes, convirtiéndose en el mejor semiconductor del mundo (fundamental para un avance significativo en el campo de los microprocesadores informáticos). El resultado podría transformarse en la creación de unos ordenadores 100 veces más veloces que en la actualidad. Los estadounidenses apoyan con pocas reservas a los jóvenes que trabajan para ellos. Dice Pablo que "es muy difícil encontrar las mismas condiciones de investigación en España que en un centro puntero como el MIT".

¿Cuál es la característica distintiva de estos jóvenes emprendedores? Emprenden porque va más con su forma de ser que trabajar para alguien. Fueron, en general, estudiantes aplicados, pero también son individuos ambiciosos. Incluso han recibido premios internacionales por sus ideas.

Ninguno de nuestros representantes políticos deberían permitir que este talento se vaya. Es inmoral. Es patético tener que escuchar las insufribles discusiones que mantienen los líderes sobre los más improductivos temas, mientras miran hacia otro lado cuando se les hace notar que el talento de nuestros jóvenes se está desperdiciando. Mejor dicho, que nosotros lo estamos ignorando mientras otros sacan provecho. Pero quizá lo más triste es que el país hace las cosas bien (o al menos no mal) para habilitar las condiciones que les permiten destacar. Levantan su cabeza para que sean otros quienes los vean, porque nosotros estamos distraídos en peregrinas y ancestrales discusiones sobre, por ejemplo, nuestra identidad. Aquí alimentamos nuestro odio mientras allí dan de comer a nuestros mejores cachorros. Mal negocio.

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