jueves, 11 de abril de 2013

El endemoniado entrenamiento cognitivo


El periodista Gareth Cook publicó el 5 de Abril un artículo para la revista 'The New Yorker'.

El psicólogo Michael Kane se ha apresurado a recomendar este reportaje en Twitter, presumo que para acreditar los malos resultados de su grupo de investigación.

He discutido bastante sobre este tema con mis colegas y he llegado a la conclusión tentativa de que el grupo de Kane se niega a desplegar una actitud más positiva porque no han sido ellos quienes primero sacaron a la luz la posibilidad de mejorar nuestras capacidades mentales mediante el entrenamiento cognitivo.


Otro periodista, Dan Hurley, está terminando un libro revisando el caso y sus conclusiones no son exactamente iguales que las de Cook (interesantes pueden ser sus antepasados piratas).

El artículo de Cook se remonta a los primeros estudios del sueco Torkel Klingberg, pasa por la impactante investigación de Susanne Jaeggi y usa el reciente meta-análisis de la noruega Monica Melby-Lervåg sobre la efectividad de entrenamiento cognitivo.

Conclusión de Cook: 'BRAIN GAMES ARE BOGUS', es decir, falaces, espurios, falsos.

Arremete contra la compañía Pearson por haber aceptado que el entrenamiento cognitivo ofrecido por la empresa 'Cogmed' puede ayudar a mejorar las capacidades mentales. Pero, sobre todo, por hacer negocio a partir de una evidencia poco sólida, científicamente hablando.

Es un hecho que los científicos siguen investigando. Pero no lo es el que se haya demostrado algo sólido todavía en ninguna dirección. Cook decide darle crédito a los escépticos y da un portazo contundente.

Pero la cosa sigue sin estar clara. Los trabajos del grupo de Kane, que rechazan la posibilidad de mejora, son muy dudosos, como tuve la oportunidad de demostrar recientemente en un congreso celebrado en Texas. La siguiente gráfica muestra, por ejemplo, algunos de esos resultados.


Es por lo menos raro que ninguno de los grupos comparados cambie absolutamente nada su puntuación entre las tres medidas que se toman antes del entrenamiento, a mitad del entrenamiento y al terminar la fase de entrenamiento. Debería apreciarse al menos algún incremento por el simple efecto de la práctica. Pero no se observa nada de nada. Raro, raro.

Que hay cosas a mejorar es algo aceptado por los científicos que actualmente estamos trabajando en este tema. Pero precisamente por eso intentar zanjar la cuestión ASAP (as soon as possible) carece de sentido.


El escepticismo es necesario y es, además, una marca de la ciencia bien hecha. Pero el escepticismo no tiene por qué ser equivalente al derrotismo. Considero saludable preguntarse, una vez más, si resulta posible mejorar nuestras capacidades mentales usando estrategias de actuación sólidamente ancladas en lo que sabemos sobre el sistema humano para procesar información.

Quizá volvamos a fracasar. Pero dejemos que los científicos hagan su trabajo y que puedan equivocarse. De los errores se aprende y a partir de ellos también se avanza.


2 comentarios:

  1. Este post puede ser interesante:

    http://blogs.scientificamerican.com/beautiful-minds/2013/04/15/in-defense-of-working-memory-training/

    Saludos, Rebeca

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  2. Un interesante artículo Rebeca, aunque me chirrian algunos de los argumentos (p. e. la práctica equipración de la meditación con el entrenamiento cognitivo en una tarea experimental como la n back). Gracias por la recomendación.

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