miércoles, 4 de febrero de 2015

Censura en Alemania y más allá

Hace algún tiempo hablamos en este mismo foro de Thilo Sarrazin, miembro retirado del banco central alemán. En aquella ocasión comentamos un best seller (vendió un millón y medio de ejemplares, a pesar de no haberse traducido al inglés) que publicó en su país.

Su tesis fue, para algunos, de hecho para bastantes, incendiaria. Auguraba un doloroso declive alemán, esencialmente como consecuencia de la pandemia intelectual de sus ciudadanos. El declive estaba siendo provocado por la reducción de los estándares educativos, pero, también, según él, por el creciente número de inmigrantes no cualificados.


Su último libro, que, por supuesto, tampoco se ha traducido, revisa los problemas de censura en su propio país.

En 2013 impartió una conferencia en Dinamarca explicando la esencia de los contenidos de ese libro.

Sarrazin confiesa que, en materia social, no existe una verdad absoluta y que publicó su primer libro para provocar una discusión constructiva con sus conciudadanos. En cambio, en lugar de discutir sus argumentos y evidencias, se le acusó de determinista biológico, darvinista social, racista y enemigo del pueblo.

Aguantó el chaparrón porque los ciudadanos de a píe le apoyaron:

Los nuevos medios de comunicación ayudaron mucho.
La prensa escrita y la televisión han perdido su monopolio para interpretar la realidad”.

¿Por qué esa agresividad hacia las tesis del economista?

Sarrazin sugiere que los códigos de conducta en una sociedad en un determinado momento no se discuten abiertamente y son implícitos. Separarse de ellos implica ser apartado de la sociedad. Recuerda bastante a la sociedad orwelliana de ‘1984’.

La gente está demasiado ocupada para pensar por sí misma y ponderar las evidencias, y, por lo tanto, acepta los mensajes de los medios. Los políticos hacen algo similar:

La mayor parte cree que los votantes piensan lo que transmiten los medios”.

Quienes configuran los medios se someten a un proceso de auto-selección y, como resultado, se genera un determinado mind-set de corrección política:

Su mecánica impide expresar opiniones contrapuestas y hablar con libertad, llegando a paralizar la producción de pensamientos incorrectos”.


Este economista retirado identifica 13 componentes del pensamiento PC en su país:

1.- La desigualdad es mala, la igualdad es buena.
2.- Virtudes como la diligencia, la precisión o la puntualidad apenas tienen valor. La competición es moralmente discutible porque promueve la desigualdad. Quizá el deporte sea una excepción a esta regla.
3.- El rico debe sentirse culpable, salvo si es deportista o artista.
4.- Las diferentes condiciones de vida no tienen nada que ver con lo que la gente elige, sino con sus circunstancias.
5.- Todas las culturas poseen idéntico valor. Es particularmente importante minusvalorar la civilización occidental y cristiana. Quien piensa lo contrario es un xenófobo.
6.- El Islam es una religión pacífica. Quien discute esto es tan maligno como un antisemita.
7.- Las naciones occidentales industrializadas son las principales responsables de las míseras condiciones en otros lugares del planeta.
8.- No existe ninguna diferencia biológica entre varones y mujeres, salvo en los signos físicos de su sexo.
9.- Las capacidades humanas dependen de la educación. La herencia no tiene ningún papel.
10.- Tampoco existen diferencias individuales o raciales, salvo en su aspecto físico.
11.- El estado como nación es un modelo desfasado. La identidad nacional carece de valor y no merece la pena conservarla. El futuro pertenece a una sociedad global planetaria.
12.- Todos los habitantes del planeta poseen los mismos derechos y son iguales. Por tanto, todos ellos deben disfrutar del estado de bienestar en Alemania.
13.- Los niños son un asunto privado. La inmigración resuelve el problema del mercado laboral y los demás problemas demográficos.


Comenta Sarrazin que este listado se encuentra emocionalmente cargado, llegando al delirio. Quienes defienden este ideario evitan la confrontación directa, y tampoco se toman la molestia de leer o escuchar detenidamente a quien atacan. Se limitan a burlarse esgrimiendo argumentos ad hominem, sin importar que sean absolutamente falsos. La meta es difamar, aislar a quien se ataca para que no pueda expresarse y para romper su red de apoyo. Se sirven de una tendencia básica de los humanos: seguir lo que se supone que es el rebaño.

Pero es importante que se le de espacio –en un sentido literal y moral—a quienes disienten para que puedan desarrollar y exponer su perspectiva sin temor al castigo.
El progreso social, científico y cultural comienza con el desacuerdo de una minoría”.

Admitamos que contribuimos, aunque sea pasivamente, a la horrenda situación que denuncia Sarrazin y hagamos lo debido para evitarla, si pensamos que merece la pena.


7 comentarios:

  1. Para mí todo se resume en lo siguiente:

    Aquellos que no pueden competir debido a su mediocridad han creado una serie de normas encuadradas dentro de lo políticamente correcto, para que aquellos que sí tienen talentos extraordinarios no puedan usarlos para desbancar a los mediocres de sus asientos.

    Es algo parecido a la moral de esclavos de Friedrich Nietzsche.

    ResponderEliminar
  2. ¿No es una mediocridad con bastante éxito?

    ResponderEliminar
  3. Las caricaturas, o los muñecos de paja, pueden ser útiles para provocar la discusión.
    Puestos todos juntos, como tesis verídicas, bajo la etiqueta de que ese es el pensamiento dominante, se convierten en etiquetas que dificultan un análisis riguroso de lo que ocurre. No creo que ayude mucho, ni siquiera como programa de trabajo.
    Por ejemplo, podría argumentar que en España, parte de Europa, la mayoría de los votantes del PP están en contra de esas 13 tesis (recordar, pura caricatura para provocar la reflexión) y también los que votan a la derecha, lo que nos sitúa cerca de la mitad de la población. Por lo tanto, no sería el pensamiento dominante al menos en España.

    ResponderEliminar
  4. A mi lo que me indigna, y coincido contigo, es lo PC. Estoy harta de que no puedan debatirse ideas diferentes a la visión meliflua imperante. Y con esto no quiero decir que suscriba esos 13 puntos. En mi opinión algunos de ellos contienen mucha ambigüedad y por eso mismo merecen ser debatidos abiertamente aportando cuantos datos sean necesarios.

    No creo que etiquetar estereotipadamente al que expresa opiniones distintas nos lleve a crecer como sociedad.

    Hace muchos años Aute decía que el pensamiento no puede tomar asiento en una hermosa canción; muy a mi pesar creo que esos versos representan lo que acontece en la actualidad, incluso en la universidad.

    Saludos

    ResponderEliminar
  5. Grande Aute, MA. Si esa especie de censura prospera es, en gran medida, culpa de quienes discrepan de esa práctica. Quienes consideran que la libertad de expresión es sagrada no deben agachar la cabeza y someterse al dictado de quienes desean monopolizar el discurso.

    Querido Félix, las personas de paja sirven para difamar evitando el análisis riguroso de lo que sea, eso apenas importa. El pensamiento dominante es el que los medios consideran que debe ser. Thilo lo explica de un modo personal. Además, al menos en USA, el pensamiento PC suele provenir de lo que se llama izquierda, no derecha. Pero, venga de donde venga, es un horror.

    ResponderEliminar
  6. Estoy de acuerdo en que, en términos generales, debe combatirse la censura y promoverse la libertad de expresión, pero en ciertos debates hace falta sensatez y cautela. Uno debe preguntarse cuándo, dónde y por qué un debate políticamente incorrecto debe llevarse a cabo. Como en otras situaciones de la vida, a veces exponer la verdad no es necesariamente la mejor opción....

    ResponderEliminar
  7. La cita de Voltaire, al parecer, es apócrifa. Según la Wikipedia, el autor de la frase es el norteamericano Kevin Alfred Strom, editor de National Vanguard (y se refiere a los judíos).

    ResponderEliminar