viernes, 15 de mayo de 2015

La entrevista de Werner Heisenberg y Niels Bohr

Mi querido amigo, y también reputado internacionalmente filósofo de la ciencia, José Ferreirós, llamó mi atención sobre este interesantísimo suceso de la historia en el que el físico alemán Werner Heisenberg se encuentra con el físico danés Niels Bohr en Copenhague en Septiembre de 1941.

Los contenidos de esa entrevista nunca trascendieron, hecho que ha llevado a la pregunta de qué pretendía el alemán, qué deseaba del danés.

Heisenberg contribuyó durante su carrera a la configuración de la mecánica cuántica (campo en el que se localiza su famoso principio de incertidumbre). Pero también es conocido por dirigir el programa nuclear durante el Tercer Reich. Su visita a Copenhague parece encajar en este segundo punto.

En un excelente artículo de David C. Cassidy se comenta que el físico alemán hizo bastantes viajes por la Europa ocupada. Según parece, dos años después de su encuentro con Bohr le confesó a un colega holandés que Europa no podía ser gobernada democráticamente. Una Europa gobernada por Alemania sería un opción bastante mejor que por Rusia.

Quienes, por la vía de los hechos, apoyaban el régimen nazi, entre ellos Heisenberg, suponían que la victoria total estaba próxima en el momento en el que se produce el encuentro con Bohr. Aún así, individuos como el físico alemán vivían una especie de esquizofrenia: deseaban el triunfo de su país, pero no suscribían la estrategia de Hitler. No eran nazis, pero fueron nacionalistas, según Cassidy. El atentado contra Hitler en Junio de 1944 fue un intento de subrayar esa diferencia de cara a la galería mundial. Aún así, Cassidy mantiene (asertivamente) que Heisenberg visitó a Bohr como representante del régimen nazi.

En 1937, las SS acusaron a Heisenberg de enseñar física judía. Pero Himmler se convirtió en su protector. Probablemente ahí comienza la colaboración formal del físico con el régimen.

El proyecto nuclear contribuyó a que los científicos alemanes tuvieran la confortable sensación de echarle un cable a su ejercito. Los avances en física podían ayudar a un desarrollo favorable a los intereses alemanes en el conflicto bélico. Aunque Heisenberg sostuvo que la existencia del conflicto podía contribuir al avance de la física.

Bastante esquizofrénico, como dije antes.

Un mes antes de la visita a Bohr, los alemanes iban por delante de los aliados en el proyecto de desarrollar un arma nuclear (aunque pronto perdieron esa ventaja).

Heisenberg dio pública respuesta a la pregunta de qué buscaba en su encuentro con el físico danés. Confesó que pretendía obtener una respuesta a la pregunta:

“¿Tiene un físico el derecho moral a trabajar en la explotación práctica de la energía atómica?

Pero Cassidy es escéptico. Opina que a Heisenberg le traían al pairo las cuestiones morales.

El físico alemán habría intentado convencer a Bohr de que dejase de colaborar con los aliados (algo que seguro estaba haciendo de modo oculto) y se uniese a la causa alemana para evitar el dominio ruso del viejo continente. Además, deseaba usar la influencia del danés para que convenciese a los aliados de que se negasen a trabajar en una bomba que pudiera usarse contra el pueblo alemán.

Bohr dio por terminada la entrevista a las primeras de cambio, hecho que pudiera encajar con la hipótesis de Cassidy.

Tres meses después de la entrevista entre Heisenberg y Bohr, y siguiendo la recomendación de sus mejores asesores, el ejército alemán canceló su proyecto nuclear.


Sin embargo, los aliados siguieron adelante a través del tristemente famoso Proyecto Manhattan. De hecho, avanzaron con tan desatada pasión que no solamente lograron construir la bomba (algo que hubiera sido más que suficiente para dar por concluido el conflicto bélico) sino que decidieron arrojarla sobre dos pobladas ciudades en el país del sol naciente.

El 6 y 9 de Agosto de 1945 se arrojaron bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Las víctimas civiles superaron el número de 200.000.

Los norteamericanos conocían las consecuencias del acto antes del día 6. También el día 9. Aún así no les tembló el pulso.

Permítanme cerrar este breve post con una pregunta:

¿Detuvo Heisenberg el proyecto nuclear alemán después de la conversación con Bohr?

Es una pregunta que Cassidy, como norteamericano, no parece proclive a formular.


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