jueves, 9 de febrero de 2012

Psicología positiva (revisitada)

El Colegio Oficial de Psicólogos (COP) nos informa que en Marzo se reúnen en El Escorial (Madrid) investigadores y personas interesadas por la Psicología Positiva.

Como preludio se entrevista al Profesor Carmelo Vázquez, de la UCM, que es quien coordina el Congreso.

Comenta este profesor que la meta es "comprender mejor las condiciones que realmente favorecen una vida plena, tanto individual como comunitaria".

Algunos de los temas que se tratarán son la educación positiva, la resiliencia o el liderazgo transformacional.

Los ponentes serán nacionales y también se invitará a empresarios. Pero habrá algún invitado internacional como Antonella delle Fave o James Pawelsky.

Se añaden al programa talleres pre-congreso. Algunos ejemplos: humor, escuela, clínica, organizaciones, depresión infantil o liderazgo.

Carmelo Vázquez ha sido elegido Presidente de la International Positive Psychology Association (IPPA). Conviene felicitarle por el logro. Su nombre se une al de Martin Seligman, el inventor de esta disciplina.

En esta línea positiva, Laura Tardón se hace eco de un estudio realizado con niños de entre 5 y 10 años. Según los resultados, esos niños perciben que ser optimista es mejor para sus vidas. Los padres son esenciales para modelar la positividad infantil.

Tardón es insensible al hecho de que los científicos sepamos que, salvo contadas excepciones, los padres son irrelevantes para modelar la personalidad adulta de sus retoños. Si se observa algún efecto en los niños de hasta diez años, ¿por qué dudar de que perdura a largo plazo, piensa Tardón --y otros muchos?

El razonamiento es: los niños se percatan de que los adultos con un pensamiento positivo se sienten mejor, y, por tanto, se agarran a esa estrategia, se apuntan al buen rollito.

Tardón admite la cantinela de que 'aprendemos lo que vemos', de que los padres influimos crucialmente en nuestros chavales. Un padre positivo será beneficioso para el desarrollo saludable de los niños.

Por otro lado, científicos alemanes parecen haber encontrado un modo de inducir pensamientos positivos durante el sueño. Se trata de estimular el cerebro dormido con corrientes eléctricas de intensidad moderada.

El procedimiento se ha probado con pacientes que presentan algún trauma y que sufren por ello. Durante el sueño puede provocarse la sustitución del recuerdo negativo por uno positivo, dicen los autores. El paciente se da cuenta de que está soñando y puede manipularlo conscientemente.

Es un sueño, y, por tanto, el individuo sabe que nada malo puede sucederle: "es una herramienta muy potente porque llega al subconsciente y el paciente tiene cierto control sobre los estados que le asustan".

No tengo más que decir que lo que ya dije:



Prometer lo que no puede ser, y, además, es imposible, constituye una irresponsabilidad.

Llegará el día en el que haya un control de calidad sobre lo que se escribe --y dice-- sobre la ciencia de la Psicología.

Pero hoy, como diría el Rey de Gondor, hoy no es ese día.

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